21 de septiembre de 2009

Declaraciones de Jan Tamas sobre la cancelación del proyecto del Escudo Antimisiles en Europa Central

Hoy es un gran día que representa una nueva era en las relaciones internacionales, relaciones que en los últimos años han estado envenenadas por continuos rearmes y conflictos, con acciones unilaterales sin tener en cuenta los deseos de la gente común.

El 70% de los checos están celebrándolo, el sentimiento es de liberación hoy aquí en Praga. Este día es una gran victoria para la No-violencia.

Al mismo tiempo estamos observando con cautela la reacción de los poderosos, aquellos que durante mucho tiempo han estado proponiendo este proyecto y que probablemente tienen un interés personal en el establecimiento de estas nuevas bases militares en Centroeuropa.

Creemos que la amenaza real hoy día no viene de los estados nacionales, sino de los grupos de poder de la industria militar que actúan fuera de todo control estatal y que pueden hacer escalar las tensiones internacionales en cualquier momento.

La batalla ha sido muy intensa y fue llevada a cabo por los humanistas y muchas otras organizaciones en todo el mundo. Les damos las gracias a todos por su apoyo.

Deseamos que esta victoria sea un ejemplo positivo para todos los movimientos en Europa y en el resto del mundo que se oponen a las bases militares y a la agenda militarista en general.

Este éxito es un deseo de buena suerte para la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia que empieza en sólo unos pocos días, el día 2 de octubre, y que reunirá gente de todo el mundo en la lucha por un mañana mejor.

¡Nos veremos en la Marcha!

Jan Tamas
Presidente del Partido Humanista y líder del movimento no-violento contra las bases de Estados Unidos en territorio de la República Checa

Praga, 17 de septiembre de 2009


*Jan Tamas lidera desde 2005 una lucha de la ciudadanía checa contra la instalación de una base militar de radares de Estados Unidos en la República Checa en el contexto del proyecto estadounidense denominado "Escudo estelar", que preveía la construcción de un sistema antimisiles para dar respuesta a eventuales ataques en territorio propio. Ha viajado por todo el mundo y allá donde ha sido llamado para explicar la posición de los ciudadanos checos y su firme oposición a este proyecto. En mayo de 2008 mantuvo junto con Jan Bednar una huelga de hambre para sensibilizar a la opinión pública internacional sobre el problema y para que el Gobierno checo revisara su postura. Aunque el 70% de los checos se declaró en contra de este plan armamentista, el acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos con George Bush al frente y el Gobierno checo continuó adelante.

Noticia relacionada:
Obama entierra el escudo antimisiles de Bush
http://www.publico.es/internacional/252701/obama/escudoantimisiles/bush/rusia

Los neorruralistas asustan a Sarkozy

Una generación ecologista. Francia está plagada de pequeños pueblos habitados por jóvenes alterglobalistas, que votan por la verdadera izquierda y se preparan para la desobediencia civil

ANDRÉS PÉREZ - 21/09/2009 - publico.es

Meterá Nicolas Sarkozy a esta mula en la cárcel? ¿Será acusada de "terrorismo", como lo fue el intelectual Julien Coupat? La idea puede parecer descabellada, pero no lo es. Marushka, igual que todas las mulas y caballos de tiro de este pueblo de montaña del centro de Francia, es sospechosa. No lleva herraduras, porque los humanos con quienes trabaja son ecologistas libertarios y piensan que así está más sana. Y, colmo de lo insoportable: con pezuñas descalzas, Marushka y sus amigas trabajan fuera de la economía de mercado y restauran servicios públicos en uno de los pueblos de la Francia neorrural.

Casi todos los nombres de équidos, humanos o lugares de este reportaje han sido camuflados para ocultar su identidad. En una Francia en plena revolución conservadora, existe una red de pueblos y zonas rurales donde jóvenes procedentes de las grandes ciudades, en su mayoría superdiplomados y eficaces, han decidido que otra vida es posible.

Se retiran del mercado de trabajo, salen del consumismo, crean asociaciones y cooperativas que les sirven de paraguas frente a la Policía o el fisco y, así, restauran servicios por vía autogestionaria. Al hacerlo, se ganan la simpatía de los abuelos abandonados en aldeas dejadas de la mano del Estado.

Eso es lo que hicieron hace unos años Julien Coupat y sus amigos en Tarnac, aldea mesetaria del centro de Francia. Equipados con diplomas elitistas de París, compraron una granja, reabrieron una tienda de ultramarinos y empezaron a rendir servicios gratuitos a los abueletes del pueblo semivacío.

La empatía fue inmediata, hasta que el 11 de noviembre pasado una espectacular operación de la Policía antiterrorista condujo a la detención del grupo, acusado nada menos que de "terrorismo". Tras seis meses y medio en prisión, Coupat, el último detenido, fue liberado recientemente.

Según revelaciones de la prensa francesa, el dossier armado por la Fiscalía Antiterrorista para acusarle de una tentativa de sabotaje de líneas férreas está totalmente hueco. Así parece probarlo también el hecho de que el juez estimara que no hay riesgo alguno en sacar de la cárcel a tan peligrosos "terroristas". Los comités de apoyo en favor de los Nueve de Tarnac se van propagando por toda Francia, bajo el paraguas de un manifiesto de intelectuales: "No al Orden Nuevo".

El asunto empieza a cobrar tintes cómicos, porque la Policía antiterrorista está reincidiendo. En mayo pasado, los agentes procedieron a nuevas detenciones y una vez más golpearon en un pequeño pueblo. Esta vez le tocó el turno a la bucólica Forcalquier, en Provenza. Un grupo de cuatro editores de un nuevo "Comité de Sabotaje del Antiterrorismo" pasaron un día entero en el calabozo, para luego ser liberados sin cargos.

Desde entonces, el titular de Interior ha cambiado, y Nicolas Sarkozy, en lugar de seguir amenazando con mano dura, intenta vestirse a sí mismo de ecologista campestre y de enemigo del productivismo capitalista ultraliberal. Y es que Tarnac y Forcalquiers sólo son dos de la larga lista de pueblos de menos de 5.000 habitantes, esparcidos por toda la geografía francesa, donde impera una cultura que empieza a recibir el nombre de "neorrural", y que en realidad podría ser llamada "resistencia".

Los hay de llanura o de montaña, del norte o del cálido Mediterráneo, de casi 5.000 habitantes o con sólo 200 almas. Pero se les reconoce fácilmente. Están fuera de los grandes ejes, sólo tienen carreteras secundarias, y ni una sola de esas villas o esos inmensos barrios de casas adosadas, típicas de lo que, en Francia, la administración empieza a llamar "zona rural bajo influencia urbana".

Los de las Marushkas y los Julien Coupat son pueblos auténticos que a punto han estado de quedar abandonados. La llegada de jóvenes alter-globalistas con proyectos profesionales solidarios y con niños les han dado una nueva vida. Como en el de la mula Marushka: sólo 300 almas, una escuela que fue salvada por los pelos y ahora crece en alumnos.

Sólo 300 vecinos, pero también cuatro asociaciones culturales que crean desde óperas contemporáneas hasta libros incunables de materiales biológicos. Sólo 300 almas, pero también varias empresas de lo que se llama, en Francia, desde finales de los años noventa "el tercer sector": sociedades formalmente privadas, pero que no buscan generar dividendos sino crear plusvalía social.

Se les reconoce también, a estos pueblos, mirando sus resultados electorales en la base de datos del Ministerio de Interior. Tarnac, Forcalquier y tantos otros votan como las barriadas populares de las grandes ciudades, y no como la Francia rural conservadora de siempre. La derecha sarkozyana toca techo con facilidad en torno al 25%. Las fuerzas de la izquierda real el NPA y el Frente y los ecologistas arrasan, y el Partido Socialista aún tiene algo de fuerza.

Según un documentado estudio del instituto IPSOS, estos neorrurales jóvenes, de entre 25 y 34 años de edad, representaban en 2003 algo más de un millón de personas; esto es, en torno al 2% de la población adulta del país. Una gota de agua numéricamente, pero una gota muy activa e inquieta. La Policía antiterrorista volvió a alarmarse en julio pasado. Detectó la presencia de activistas del movimiento de Tarnac y Forcalquiers no ya en el campo, sino en dos duras periferias del norte y el este de París. Los activistas contactaron con adolescentes de Villiers-le-Bel y de Bagnolet, suburbios del extrarradio parisino donde existe un tenso cara a cara entre jóvenes y policías, debido a la muerte de tres chavales en supuestos accidentes con coches patrulla.

Más señales de rebeldía: en uno de esos pueblos, se esconde una asamblea de hackers preparando el sistema que va a colapsar técnicamente los futuros robots anti P2P, previstos por la ley Creación e Internet de Sarkozy. En otro, 20 personas participaron en un intenso cursillo de 48 horas para aprender las técnicas de desobediencia civil y de resistencia activa, con el objetivo de saber algún día plantar cara a un capitalista, segar un campo de cultivos transgénicos o interrumpir la construcción de una autopista.

Ninguna de esas acciones responde a la tipificación penal de "terrorismo". Ninguno de estos pueblos es "terrorista". Como tampoco parece Marushka ser una "terrorista". Simplemente, tras las barriadas populares de las grandes ciudades, otra porción de Francia y de su diversidad, rural esta vez, empieza a ser vista como un peligro y una amenaza por la derecha sarkozyana.

http://www.publico.es/internacional/253699/neorruralistas/asustan/sarkozy

13 de septiembre de 2009

El bastión neoliberal de la UE se derrumba

Letonia cierra hospitales y reduce el 50% el salario a los maestros. Los recortes draconianos han sido impuestos por el FMI y Europa a cambio de créditos para evitar la bancarrota

PERE RUSIÑOL - 13/09/2009 - publico.es

La economía cae al 18% y, para evitar la bancarrota, se han cerrado 30 hospitales, los enfermos deberán alquilar a partir de ahora la cama en los centros públicos, el salario de los maestros se recorta a la mitad, el salario mínimo baja el 20% y las pensiones, el 10%. Todo junto. Y a las puertas del invierno.

No es la Argentina que quebró en 2001, aunque reputados economistas como Paul Krugman y Nouriel Roubini subrayan que se le parece mucho. Se trata de Letonia, en plena Unión Europea (UE) y en 2009. El laboratorio neoliberal europeo el único país de toda la UE donde el centro-izquierda no ha gobernado en los últimos 20 años, donde todos los asalariados pagan el mismo porcentaje de impuestos (flat-tax del 23%), donde las empresas apenas tienen tasas que asumir y el despido es en la práctica libre se ha derrumbado como ningún otro país ante la crisis mundial.

"Espero no ponerme nunca enfermo de gravedad porque de lo contrario estoy perdido", ironiza sin perder la sonrisa Martin, de 27 años, mientras espera en la sala semidesértica del Hospital número 1 de Riga. Desde el 1 de septiembre, este hospital desvencijado y centenario, que ocupa una manzana entera en el centro de la capital, está prácticamente cerrado por falta de fondos.

En el primer semestre del año, el hospital trató a 14.000 pacientes en emergencias. Tras el gran recorte presupuestario acordado en verano para cumplir con el FMI y la UE, apenas le quedan fondos para 2.000 pacientes en todo el segundo semestre. Ya sólo abre un par de días por semana, en la penumbra y para emergencias. Y los enfermos saben que tendrán que pagar. Hay ambiente de funeral.

"No sé qué pasará este invierno, pero esto se derrumba", explica la doctora Arste Engle, que lamenta que no se emprendieran reformas antes. "Ahora cada hospital público que no cierre fijará sus propios precios para cada servicio y mucha gente no podrán pagar. ¿Se les dejará morir?", se pregunta.

La cama puede costar hasta 25 lats (35 euros) por noche en un hospital público, a lo que hay que sumar el coste de medicinas y tratamiento. Sólo la cama de un día equivale a la mitad de lo que percibe en todo un mes un parado que lleve más de 120 días sin trabajo.

Los recortes draconianos han sido impuestos por el FMI y la UE a cambio de créditos que desde diciembre han inyectado al país 3.000 millones de euros, equivalente al 40% del presupuesto público, y evitado la bancarrota.

En los años del boom, Letonia (como sus hermanos bálticos Estonia y Lituania, ahora también con caídas del PIB que rondan el 20%) creció en dobles dígitos. Muchos pusieron su modelo ultraliberal como ejemplo a seguir. Pero ya en 2007, antes del crash, Letonia, de 2,3 millones de habitantes, era el país de la UE con más población en riesgo de pobreza: el 21% del total, según Eurostat.

La ayuda internacional trata de evitar que se hunda la moneda nacional (lat) porque entonces contagiaría quizá mortalmente a Suecia, cuyos bancos dominan el mercado báltico y lo han sembrado de créditos en euros. "Al no poder devaluar, sólo queda la posibilidad de una devaluación interior", explica una asesora del primer ministro, el liberal Valdis Dombrovskis, que llegó al Gobierno en marzo. Traducción: el presupuesto tiene que reducirse de forma abrupta. El plan prevé que en 2011 sea un 30% inferior al aprobado inicialmente para 2009.

"La situación es excepcional y todos aceptamos que hay que recortar, pero no aprobamos ni las prioridades ni los métodos del Gobierno", explica la vicepresidenta de la principal confederación sindical (LBAS) Livija Marcinkevica, quien añade: "Los sindicatos sólo firmamos el pacto porque, de lo contrario, el FMI no otorgaba el crédito".

¿Y cómo es posible que con semejantes recortes sociales los sindicatos no estén en la calle? "Lo intentamos, pero nuestra gente es demasiado prudente. Así es nuestro carácter nacional: creen que es mejor tener paciencia", añade Marcinkevica, resignada.

"¿Protestar? ¿Contra quién?", contesta Filips Birzulis, redactor del semanario Baltic Times. "Los culpables del desastre ya no están, el Gobierno es nuevo, Occidente nos da créditos y la izquierda arruinó el país durante la barbarie comunista. ¿Contra quién tendría sentido protestar?".

La crisis ha insuflado algo de vida al opositor Centro Harmónico, cuyo principal componente dice ser socialdemócrata, aunque hasta ahora representaba sobre todo los intereses de la minoría rusa. Su líder, Nils Usakovs, de 37 años y flamante alcalde de Riga, está convencido de que "por fin se están empezando a romper los estereotipos de muchos años que vinculaban la ocupación soviética con el comunismo y con toda idea de izquierda".
"Soñamos con ir al extranjero"

Sin embargo, ninguna encuesta le sitúa en cabeza, pese a la tremenda crisis. Y él ni siquiera tiene claro que cambiaría la política económica: "El gran problema de este país no han sido las recetas económicas, sino la baja calidad de sus Gobiernos en 20 años de independencia", concluye.

Los sondeos descartan grandes cambios y Edgard, estudiante de 22 años, explica por qué: "Los mayores están exhaustos por tanto sufrimiento pasado y poco acostumbrados a actuar por iniciativa propia. Y los jóvenes sólo soñamos en poder ir al extranjero. La situación es demasiado difícil y queremos disfrutar de la vida cuanto antes".

Ya no hay Muro que impida su marcha: cayó hace ahora 20 años. Pero la esperanza y la ilusión parecen haberse evaporado por completo.